La Cueva del Santo y el hayedo del Río Cárdenas

El hayedo del río Cárdenas es un hermoso bosque situado en la cabecera de este río, en la sierra de la Demanda, en La Rioja. En nuestra visita al bosque, decidimos hacer la pequeña la ruta de subida a la Cueva del Santo.

En esta cueva vivió como ermitaño San Millán, el patrón de la región, durante 40 años. Junto a la cueva hay una ermita que se puede visitar y que ofrece unas impresionantes vistas del valle del río Cárdenas y de las montañas de la Sierra de la Demanda. El recorrido atraviesa uno de los más espectaculares hayedos de la zona, donde pueden contemplarse, además, avellanos, fresnos, acebos y arces.

Para llegar a la Cueva del Santo hay que seguir la carretera que parte desde San Millán de la Cogolla hacia el Lugar del Río (LR-331). Cruzamos este pequeño pueblo y seguimos la carretera hasta una zona recreativa conocido como los Corrales de Urre. Allí dejamos el coche, para empezar la ruta a pie, tomando el camino que sube por el bosque, paralelo al Río Cárdenas.

El sendero tiene una distancia de unos 2 km, con un desnivel de unos 200 m. Es un recorrido sencillo y bien señalizado que se puede hacer en unos 45 minutos.

Subida a la Cueva del Santo

Ascendemos desde el área recreativa por una preciosa senda en el umbral del bosque. La subida es suave al principio, pero se hace más empinada a medida que se avanza. Tras ascender por las primeras rampas, llegamos a la denominada «Curva de los Cuatro Vientos», un mirador desde donde se puede contemplar el paisaje del valle y las cumbres cercanas como Randos, Pancrudos o Cabeza Parda.

Curva de los cuatro vientos, subida a la Cueva del Santo
Mirador de la Curva de los Cuatro Vientos

El sendero gira a la izquierda y sigue zigzagueando por la ladera hasta salir del bosque y encontrarse con una pared de roca vertical. Allí encontramos una balaustrada que protege del vacío, y unas escaleras que conducen hasta la ermita y la cueva.

La Cueva del Santo es un lugar privilegiado. Se puede entrar en la abriendo el pasador que cierra la puerta, debiendo cerrar al salir. Dentro hay una imagen de San Millán y algunos objetos religiosos. La ermita tiene una pequeña ventana que, al asomarnos, nos permite contemplar el valle, cuyos verdes lucen esplendorosos en estos primeros días de mayo.

Vista de la Sierra de la Demanda desde la Cueva del Santo
Vista de la Sierra de la Demanda desde la Cueva del Santo

Después de un rato contemplando y disfrutando del lugar, regresamos por la misma senda hasta el área recreativa.

El Haya de las Carrias

Desde los Corrales de Urre, continuamos la pista que conduce hasta el Refugio de Prao Tajo, y que transcurre paralela al Río Cárdenas.

En esta ruta pueden contemplarse algunos árboles singulares de La Rioja, como el Haya de las Carrias, un impresionante ejemplar de 28 metros de altura, y una edad estimada de 400 años, que se yergue altivo junto al río.

Haya de las Carrias

Esta zona es preciosa en primavera. ¡Tendremos que planificar una visita en octubre, seguro que con los colores del otoño, luce espectacular!

El Hayedo mágico de Otzarreta

A menudo las fotografías son una fuente de inspiración para iniciar un viaje. Esos parajes espectaculares que vemos en documentales o en las redes sociales de otros fotógrafos, despiertan nuestra curiosidad y nos hacen soñar con estar allí.

El Hayedo de Otzarreta es, sin duda, uno de esos lugares inspiradores. Y visitarlo en otoño, se convirtió, para mí, en una prioridad.

Este pequeño bosque es conocido por su belleza natural y por la sensación de misterio que transmite, ya que está compuesto por árboles que se empinan hacia el cielo creando un ambiente de cuento de hadas.

Los hayas, con sus copas enmarañadas, forman un espectacular techo de hojas que filtra la luz del sol creando un ambiente mágico y sombrío. Se respira silencio y tranquilidad. Bajo su resguardo, te invade una sensación de protección que te hace sentir en paz. Es un lugar mágico y misterioso que conecta con tus cinco sentidos, y te invita a conectar con la naturaleza.

Capturando la imagen que has imaginado

El contraste de la luz exterior con la umbría del bosque fue un hándicap a la hora de tomar la fotografía. Visitarlo a última hora del día, para montar el trípode y disparar, en en la hora azul, fue todo un acierto. Los pocos visitantes que paseaban en el hayedo, un jueves del mes de octubre, desaparecieron con los últimos rayos de sol.

Como no podía ser de otra forma, la panorámica que tenía en mi cabeza me obligó a bajar al cauce del arroyo (Zubizabala Erreka) que cruza el bosque. En estos días de nuestra visita, el riachuelo apenas tenía caudal. La imponente haya, vista desde debajo, se erguía majestuosa ante mis ojos.

Mirando por pantalla, antes de apretar el disparador, pude apreciar cómo la combinación de colores complementarios del bosque creaba una armonía visual impactante, transmitiendo emociones y sensaciones.

El verde intenso de las copas de las hayas produce una sensación de frescura y vitalidad, mientras que el rojo oscuro de la alfombra de hojas caídas transmite una energía y pasión intensas. Una atmósfera mágica que sólo la naturaleza puede crear.

Localización

El hayedo de Otzarreta está ubicado en el Parque Natural de Gorbeia, en la comarca del Duranguesado, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Bilbao.

Es importante tener en cuenta que, en temporada alta, el pequeño aparcamiento puede llenarse rápidamente, por lo que es aconsejable llegar a primera hora de la mañana, o a última de la tarde, para poder estacionar.

Aquí os dejo la ubicación exacta de este pequeño bosque, un lugar imprescindible en la «lista de deseos» de todo amante de la naturaleza.